Queridos indiscretos:
Ante la imposibilidad de redactar este comentario en nuestro blog-madre, el del sofá, me veo obligada a presentar aquí la crónica de la última tertulia, sobre "La hoja roja" de Delibes, celebrada el pasado jueves en la biblioteca de nuestro querido Pla.
Durante la tertulia, probablemente mimetizados por el estilo del propio Delibes, estuvimos repitiendo dos o tres ideas clave, entrando y saliendo, y vuelta a empezar, de los tres círculos concéntricos en los que se desarrolla la novela.
El primero de los círculos, el más amplio, nos llevó a analizar el retrato que el autor hace de una ciudad de provincias en la España de los años 50. Y lo que Delibes nos muestra es.... "deprimente" (término usado por varios de los tertulianos). La cena de jubilación con la que se inicia la novela, la casa en la que viven, los escaparates de las tiendas, los bares en los que se comen churros,los paseos de los soldados con las chicas de servicio... casi todo resulta triste bajo el prisma de Delibes. Allí estuvimos debatiendo que si el retrato social de Delibes se ajusta o no a la realidad (aportaciones varias de los tertulianos con datos familiares y personales), que si todavía queda algo de esa España en algunos rinconcitos del país (más aportaciones con anecdotario personal.... lo bueno de las tertulias es que, al final, te sabes la vida de los tertulianos, de su familia, de su poblado...), que si Delibes había escogido sólo la parte negra de la sociedad de la época (y más datos del personal)... Dijeron los entendidos que, probablemente, el autor pretendía contrarrestar la imagen idílica que habían dado de Castilla los del 98 (si lo dicen ellos, no seré yo quien lo cuestione).
El segundo de los círculos nos permitió hablar de las relaciones familiares: don Eloy nunca tuvo padre (murió el mismo día en que Eloy nació, así que llevó la negra desde el minuto cero), vivió toda la vida con su mujer, sin que se vea ni pizca de amor en esa relación, su hijo, "notario a los 42 años", vive en Madrid, pero es como si viviera en Singapur (impactantemente doloroso el capítulo en el que don Eloy va a visitar a su hijo, indiferente a su padre y neurótico perdido); la Desi, la criada (la chacha se decía en mi pueblo) se va a servir a la ciudad huyendo de una madrastra peor que la de la Cenicienta... En fin, un panorama desolador.
Por último, el círculo más pequeñito (y, por cierto, el más universal): el de la vejez, esa antesala por la que casi todos pasaremos (si es que llegamos, claro), el momento en el que te vas quedando solo porque los tuyos se han muerto (tu familia, tus amigos), cuando tienes a más gente dentro que fuera (del cementerio, digo). El hombre está radical, dramáticamente, solo. Menos mal que Delibes nos da un respiro: don Eloy no está solo del todo, nos tiene a los lectores (el autor logra magistralmente que sintamos ternura por este pobre diablo) y, en la última página, tiene a la Desi (que por fin tiene también a alguien con quien estar).
De todas estas cosas estuvimos hablando... y, aunque parezca mentira por la tristeza que impregna toda la novela, nos lo pasamos "la mar de bien" (es lo que tienen las novelas, que te ponen triste -o contento, o lo que sea-, con independencia total de lo que te esté pasando en la vida real). Así que entre bromas, risas, chascarrillos y bombones de chocolate pasamos un rato estupendo. Y como era la última tertulia de la temporada, nuestra Madre Fundadora nos propuso hacer unas votaciones para elegir "Mejor tertulia" y "Mejor novela" (lo de miss camiseta mojada que han propuesto algunos queda pendiente para el próximo año). Pues bien... the winner is.... LA HOJA ROJA, elegida por mayoría simple como la mejor novela de la 2ª temporada de la tertulia, and the other winner is.... DOCTOR PASAVENTO, elegida por unanimidad como mejor tertulia de la temporada. Y yo, feliz, porque, por si no os habíais dado cuenta la que esta crónica firma no es otra que la doctora Pasaventa. Saludos y hasta pronto. Ah! Se me olvidaba: espero que os hayan gustado las pijaditas que he puesto en la página. Lo del reloj es para que no os paséis tantas horas delante del ordenador... que la vida de pareja se resiente. Lo de los vídeos es para poner alguna tontería y para que sepáis que en esa sección podéis colocar vuestros propios vídeos (no sé, el de la boda, el de la comunión del niño...). En fin, que el blog nos está quedando monísimo.... Y que sigáis escribiendo que el otro día Emilio me dijo que estaba deprimido porque nadie ponía nada y que iba a quitar el blog... TODOS CON EL BLOG!!!!
Ante la imposibilidad de redactar este comentario en nuestro blog-madre, el del sofá, me veo obligada a presentar aquí la crónica de la última tertulia, sobre "La hoja roja" de Delibes, celebrada el pasado jueves en la biblioteca de nuestro querido Pla.
Durante la tertulia, probablemente mimetizados por el estilo del propio Delibes, estuvimos repitiendo dos o tres ideas clave, entrando y saliendo, y vuelta a empezar, de los tres círculos concéntricos en los que se desarrolla la novela.
El primero de los círculos, el más amplio, nos llevó a analizar el retrato que el autor hace de una ciudad de provincias en la España de los años 50. Y lo que Delibes nos muestra es.... "deprimente" (término usado por varios de los tertulianos). La cena de jubilación con la que se inicia la novela, la casa en la que viven, los escaparates de las tiendas, los bares en los que se comen churros,los paseos de los soldados con las chicas de servicio... casi todo resulta triste bajo el prisma de Delibes. Allí estuvimos debatiendo que si el retrato social de Delibes se ajusta o no a la realidad (aportaciones varias de los tertulianos con datos familiares y personales), que si todavía queda algo de esa España en algunos rinconcitos del país (más aportaciones con anecdotario personal.... lo bueno de las tertulias es que, al final, te sabes la vida de los tertulianos, de su familia, de su poblado...), que si Delibes había escogido sólo la parte negra de la sociedad de la época (y más datos del personal)... Dijeron los entendidos que, probablemente, el autor pretendía contrarrestar la imagen idílica que habían dado de Castilla los del 98 (si lo dicen ellos, no seré yo quien lo cuestione).
El segundo de los círculos nos permitió hablar de las relaciones familiares: don Eloy nunca tuvo padre (murió el mismo día en que Eloy nació, así que llevó la negra desde el minuto cero), vivió toda la vida con su mujer, sin que se vea ni pizca de amor en esa relación, su hijo, "notario a los 42 años", vive en Madrid, pero es como si viviera en Singapur (impactantemente doloroso el capítulo en el que don Eloy va a visitar a su hijo, indiferente a su padre y neurótico perdido); la Desi, la criada (la chacha se decía en mi pueblo) se va a servir a la ciudad huyendo de una madrastra peor que la de la Cenicienta... En fin, un panorama desolador.
Por último, el círculo más pequeñito (y, por cierto, el más universal): el de la vejez, esa antesala por la que casi todos pasaremos (si es que llegamos, claro), el momento en el que te vas quedando solo porque los tuyos se han muerto (tu familia, tus amigos), cuando tienes a más gente dentro que fuera (del cementerio, digo). El hombre está radical, dramáticamente, solo. Menos mal que Delibes nos da un respiro: don Eloy no está solo del todo, nos tiene a los lectores (el autor logra magistralmente que sintamos ternura por este pobre diablo) y, en la última página, tiene a la Desi (que por fin tiene también a alguien con quien estar).
De todas estas cosas estuvimos hablando... y, aunque parezca mentira por la tristeza que impregna toda la novela, nos lo pasamos "la mar de bien" (es lo que tienen las novelas, que te ponen triste -o contento, o lo que sea-, con independencia total de lo que te esté pasando en la vida real). Así que entre bromas, risas, chascarrillos y bombones de chocolate pasamos un rato estupendo. Y como era la última tertulia de la temporada, nuestra Madre Fundadora nos propuso hacer unas votaciones para elegir "Mejor tertulia" y "Mejor novela" (lo de miss camiseta mojada que han propuesto algunos queda pendiente para el próximo año). Pues bien... the winner is.... LA HOJA ROJA, elegida por mayoría simple como la mejor novela de la 2ª temporada de la tertulia, and the other winner is.... DOCTOR PASAVENTO, elegida por unanimidad como mejor tertulia de la temporada. Y yo, feliz, porque, por si no os habíais dado cuenta la que esta crónica firma no es otra que la doctora Pasaventa. Saludos y hasta pronto. Ah! Se me olvidaba: espero que os hayan gustado las pijaditas que he puesto en la página. Lo del reloj es para que no os paséis tantas horas delante del ordenador... que la vida de pareja se resiente. Lo de los vídeos es para poner alguna tontería y para que sepáis que en esa sección podéis colocar vuestros propios vídeos (no sé, el de la boda, el de la comunión del niño...). En fin, que el blog nos está quedando monísimo.... Y que sigáis escribiendo que el otro día Emilio me dijo que estaba deprimido porque nadie ponía nada y que iba a quitar el blog... TODOS CON EL BLOG!!!!
1 comentario:
Soy la misma de antes, la doctora Pasaventa, que he olvidado reseñar que, tras la tertulia, además de las consabidas cañas con panchitos en el Dilema, nos fuimos a cenar por todo lo alto al Auberge de France... porque no sólo de libros vive el hombre, y menos aún la mujer. Que alguien se anime a hacer la crónica de la jubilación de Valentín (venga, los que llevaban cámara, que cuelguen algo por aquí). Besos de la doctora Pasaventa.
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